El Rio más caliente del Mundo está en Sudamérica (y es sagrado)
El río más caliente del mundo es considerado un lugar sagrado por las comunidades locales que habitan en sus proximidades, quienes además le atribuyen propiedades terapéuticas. Este fenómeno natural único se encuentra en Perú, en el corazón de la Amazonía de este país sudamericano, y ha capturado la atención no solo de los residentes cercanos sino también de viajeros de todo el mundo debido a su singularidad geotérmica.
Según reportes de la BBC, la temperatura de este río puede alcanzar los 90 °C, una característica que lo convierte en una maravilla natural pero también en un lugar que debe ser abordado con precaución y responsabilidad, debido a los riesgos potenciales asociados a sus elevadas temperaturas. La curiosidad y el interés por este río no solo se deben a su calor extremo sino también al valor espiritual y cultural que representa para las comunidades indígenas que viven en sus alrededores.
El río, conocido como Mayantuyacu o Shanay-Timpishka por los habitantes locales, ha sido identificado como el más caliente del mundo por su temperatura extremadamente alta, que puede aproximarse a los 100 °C, tal como lo ha documentado el científico Andrés Ruzo. Esta maravilla natural se ubica en la selva perteneciente a la región de Huánuco, más precisamente en el distrito de Honoria. La singularidad de este río no reside únicamente en su temperatura sino también en su significado para las comunidades que lo rodean.
El entorno del Mayantuyacu es un reflejo de la interacción armoniosa entre la naturaleza y las prácticas culturales y espirituales de las comunidades indígenas. La región es reconocida como un territorio sagrado, en gran parte debido a la presencia y las tradiciones de las comunidades indígenas que allí residen. Además de la protección natural que ofrece el denso bosque tropical amazónico, este curso de agua caliente se distingue por su proximidad a un centro de medicina tradicional asháninka, lo que subraya la importancia cultural y espiritual del área. Esta cercanía no solo resalta el compromiso de la comunidad con la preservación de sus tradiciones ancestrales sino que también ofrece una ventana a la comprensión de la relación simbiótica entre el ser humano y su entorno natural.